sábado, 29 de junio de 2019

 la mujer lobo que enamoró a Adán (antes que Lilith y Eva)


Se dice que previo al disgusto que Adán sufrió con Lilith, la madre de los vampiros; y mucho antes del nacimiento de Eva (de una costilla que jamás existió); el primer hombre mantuvo un romance fulminante con una criatura prácticamente desconocida, llamada Al.

En la Edad Media la pobre Al era descrita como una especie de mujer lobo con un macabro y voraz apetito por las embarazadas. Poseía un par de ojos inyectados en fuego, dientes de hierro, uñas oxidadas y una larga cabellera por la que reptaban serpientes ciegas.

A pesar de su aspecto aterrador, Al rehuía el contacto con los humanos; a tal punto que solía utilizar un sombrero puntiagudo cubierto con campanillas y cascabeles, sin dudas para delatar su presencia.

El hábitat natural de Al no es menos siniestro que sus hábitos. 

Adora los sitios húmedos y oscuros, y no es infrecuente que se oculte en los rincones más inaccesibles de los establos o bien en las zanjas a los costados de los caminos poco transitados.

Al solo se alimenta de embarazadas, casi siempre estrangulándolas o bien provocando alumbramientos prematuros. Al igual que los Changelings, aquellos hijos de las hadas criados por mujeres humanas, Al suele sustraer infantes de hasta siete meses de edad para engordarlos y criarlos según las costumbres de los licántropos.

Todo parece indicar que la Al medieval procede de una antigua deidad babilónica conocida como Alu, espíritu malicioso que adoptaba la forma de un lobo negro.

El odio visceral que Al siente por las mujeres embarazadas se explica mediante una vieja tradición cristiana, ya caída en desuso. 

Según ella, antes de que Adán conociera la enloquecedora figura de Lilith, la madre de los vampiros, e incluso antes del nacimiento de Eva, Dios le entregó una compañera provisional, un espíritu primordial del fuego para que amenizara la tediosa tarea de nombrarlo todo.

Rápidamente quedó claro que Adán Al no eran en absoluto compatibles. 

Adán había sido creado con barro, mientras que Al era un espíritu de fuego; y cada abrazo a los que la pareja se entregaba con paradisíaco pudor a menudo terminaban en terribles quemaduras que el padre de la humanidad no estaba dispuesto a tolerar.

Frente a las quejas de Adán, Dios expulsó a Al del Edén, a pesar de que ella lo amaba sinceramente. Aquel amor pronto mutó en un odio feroz por todo lo que Adán amaba, sobre todo, a Eva; que luego se generalizó por todas las mujeres.

Entre los personajes célebres que combatieron a Al se encuentra San Pedro, quien intentó persuadirla de que abandonara su horrorosos hábitos, recibiendo como premio a su bondad un tremendo mordiscón en la mano.

Difícilmente se le pueda reprochar algo al viejo Adán, que conoció el amor de una licántropo y una vampiresa mucho antes de entregarse a una mujer humana.

Al igual que los vampiros pueden ser aniquilados con la plata, las viejas leyendas de hombres lobosostienen que el acero es letal para estas criaturas. Por eso a las mujeres embarazadas que sospechen la cercanía de Al se les recomienda dormir con una tijera de acero debajo de la almohada.





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