sábado, 29 de junio de 2019

 la mujer lobo que enamoró a Adán (antes que Lilith y Eva)


Se dice que previo al disgusto que Adán sufrió con Lilith, la madre de los vampiros; y mucho antes del nacimiento de Eva (de una costilla que jamás existió); el primer hombre mantuvo un romance fulminante con una criatura prácticamente desconocida, llamada Al.

En la Edad Media la pobre Al era descrita como una especie de mujer lobo con un macabro y voraz apetito por las embarazadas. Poseía un par de ojos inyectados en fuego, dientes de hierro, uñas oxidadas y una larga cabellera por la que reptaban serpientes ciegas.

A pesar de su aspecto aterrador, Al rehuía el contacto con los humanos; a tal punto que solía utilizar un sombrero puntiagudo cubierto con campanillas y cascabeles, sin dudas para delatar su presencia.

El hábitat natural de Al no es menos siniestro que sus hábitos. 

Adora los sitios húmedos y oscuros, y no es infrecuente que se oculte en los rincones más inaccesibles de los establos o bien en las zanjas a los costados de los caminos poco transitados.

Al solo se alimenta de embarazadas, casi siempre estrangulándolas o bien provocando alumbramientos prematuros. Al igual que los Changelings, aquellos hijos de las hadas criados por mujeres humanas, Al suele sustraer infantes de hasta siete meses de edad para engordarlos y criarlos según las costumbres de los licántropos.

Todo parece indicar que la Al medieval procede de una antigua deidad babilónica conocida como Alu, espíritu malicioso que adoptaba la forma de un lobo negro.

El odio visceral que Al siente por las mujeres embarazadas se explica mediante una vieja tradición cristiana, ya caída en desuso. 

Según ella, antes de que Adán conociera la enloquecedora figura de Lilith, la madre de los vampiros, e incluso antes del nacimiento de Eva, Dios le entregó una compañera provisional, un espíritu primordial del fuego para que amenizara la tediosa tarea de nombrarlo todo.

Rápidamente quedó claro que Adán Al no eran en absoluto compatibles. 

Adán había sido creado con barro, mientras que Al era un espíritu de fuego; y cada abrazo a los que la pareja se entregaba con paradisíaco pudor a menudo terminaban en terribles quemaduras que el padre de la humanidad no estaba dispuesto a tolerar.

Frente a las quejas de Adán, Dios expulsó a Al del Edén, a pesar de que ella lo amaba sinceramente. Aquel amor pronto mutó en un odio feroz por todo lo que Adán amaba, sobre todo, a Eva; que luego se generalizó por todas las mujeres.

Entre los personajes célebres que combatieron a Al se encuentra San Pedro, quien intentó persuadirla de que abandonara su horrorosos hábitos, recibiendo como premio a su bondad un tremendo mordiscón en la mano.

Difícilmente se le pueda reprochar algo al viejo Adán, que conoció el amor de una licántropo y una vampiresa mucho antes de entregarse a una mujer humana.

Al igual que los vampiros pueden ser aniquilados con la plata, las viejas leyendas de hombres lobosostienen que el acero es letal para estas criaturas. Por eso a las mujeres embarazadas que sospechen la cercanía de Al se les recomienda dormir con una tijera de acero debajo de la almohada.









¿Sabías que Caín no era hijo de Adan y que Eva engañó al primer hombre convirtiéndolo en el primer cornudo? Ok, creerás que al fin me he vuelto loco y que todo lo que te dicho son tonterías pero no es así. Los antiguos mitos hebreos (mucho más antiguos que la Biblia) hablan de una especie de ángel o demonio llamado Samael, quién fue, aunque usted no lo crea, el amante de Eva.

PERO, ¿QUIÉN FUE SAMAEL?

Es realmente difícil descifrar si Samael es un ángel o un demonio. La tradición hebrea lo llama Ángel de la Fuerza, y lo posiciona como el caudillo del Quinto Cielo, conocido como “Machon” (sí, así se llama el 5to cielo, sólo entran los machos… ¡No eso era broma!). Además de esto, Samael es uno de los siete regentes del mundo, cuya corte está integrada por millones de ángeles menores.

LIBROS DONDE SE HABLA DE SAMAEL.

Nos busques a Samael en la Biblia que allí no aparece. Pero en los libros de los hebreos (que fueron los que escribieron la Biblia) este personaje aparece de forma constante.

En un pasaje del Tamud (Yalkut, I, 110) se dice que Samael es de hecho el ángel guardián de Esaú; y que él mismo es un arcángel de Dios. En los Manuscritos de Nag Hammadi, fechados en el siglo IV d. C., Samael es el tercer nombre del demiurgo, acompañado por Yaldabaoth y Saklas. Tal vez por eso su nombre puede traducirse literalmente como "severidad de Dios".



¿QUÉ PASÓ CON EVA?

Cómo en todo matrimonio el buen Adán se peleó con Eva y la pelea fue tan fea que se separaron. Según el mito Adán fue a pasarla bien con Lillith, su primer mujer, la cual según los mitos antiguos fue maldecida por Dios y por eso se creó a Eva (Pero eso mito se los dejo para otro día).

Luego del pleito el vivo Samael se acercó a Eva, la madre del género humano y aparentemente le cayó tan bien a “evita” que de esa noche de diversión ella engendró nada menos que a Caín, fundador de la estirpe de los réprobos.

¿Quién dice que sólo los hombres pueden ser infieles?


SAMAEL EN EL ARCA DE NOÉ

Por si esta aventurilla con Eva fuera poco vemos que el angelito Samael le gustaba pasarla bien. Tal vez una de las aventuras más interesantes atribuidas a Samael es aquella que lo relaciona con el Diluvio universal.

Algunas crónicas sostienen que Samael de hecho consiguió introducirse como polizón en el Arca. Allí mantuvo relaciones clandestinas con una de las piadosas pero ardientes nueras de Noé, transgrediendo la prohibición de fornicar que había establecido el Patriarca para todas las parejas de la nave mientras durase la cólera de Dios.

No solo Samael y aquella nuera de Noé se entregaron al placer; el perro y el cuervo los secundaron, lo que los condenó a ser expulsados del recinto de los elegidos.



Samael se escapó hábilmente de la condena al abandonar el Arca tal como había ingresado en ella, clandestinamente, afrontando las aguas sin ningún temor, ya que se había transformado en una simple gota de miel.

martes, 25 de junio de 2019

La Puerta de los Ángeles Caídos 


 Es interesante que el Libro de Enoch, el cual discute tanto sobre los Vigilantes (ángeles caídos) y Néfilim, dice que el libro fue escrito para una remota generación futura de personas que pasarán por la gran tribulación. ¿Entonces porqué esa generación necesita esta información?. Porque los tiempos finales vendrán a ser como los Días de Noé cuando los "dioses" caminaron entre la humanidad. Esos "dioses" habrán de ser desatados sobre la humanidad. (Y justo como en la película "Alien contra Depredador", se trata de criaturas altamente destructivas). Los Vigilantes gobernaron como algunos de los Faraones, Reyes, Emperadores, Sacerdotes, Chamanes, Tuotingas, Dioses y Diosas. Ellos fueron conocidos como diferentes cosas, incluyendo Titanes, Cíclopes, Dioses, Dioses y criaturas de las mitologías Griegas y Romanas. Ellos tenían fuerza sobrenatural, poderes psíquicos y poseían seis dedos tanto de manos como de pies.
COMPUERTAS A OTRAS REALIDADES.
Hay numerosas técnicas ocultistas para accesar a otro tipo de realidades, la mayoría de esto son simples estados alterados de conciencia, traídos por las drogas, la meditación mágica y otras formas de penetrar por este velo, incluyendo el dolor. Ellos utilizan la hechicería para lograr que "dioses" habiten su cuerpo. Junto con esta línea, la misma cantidad de técnicas son utilizadas en cuevas y túneles, y los hoyos funcionan como portales para espíritus y dioses. De hecho, el antiguo filósofo Porphyry (c. 234-305 AD) de Tyre, reportó que antes del advenimiento de templos paganos, los ritos y rituales tomaban lugar en cuevas. Los misterios del Elíseo y los misterios de Mitras utilizaron ambos cuevas para sus religiones del misterio, y más tarde cuando comenzaron a construir templos construían túneles si el sitio del templo no se encontraba sobre una cueva o un túnel. Las cuevas y túneles también eran usadas en otras áreas paganas de adoración tales como la India, China, América del Sur y el Suroeste de los Estados Unidos. Los puntos sagrados Hindúes cuyas entradas eran pintadas en rojo para simular la vagina (yoni) de la Gran Madre. Los Apaches y Hopis tienen profecías interesantes sobre los portales.
 ESCRITURAS SOBRE LOS ÁNGELES MALIGNOS Y ESPÍRITUS.
El pozo del abismo (C) y el Tártaro (D) son nombrados como sitios de cárcel para los ángeles malignos y espíritus, que se dará a conocer en los tiempos finales. Cuatro ángeles poderosos del mal están atados junto al gran río Eufrates (REV 09:14) cuya liberación inicia una gran destrucción. Eran probablemente parte del grupo de principados malignos al que EPH 6:12 se refiere. La Escritura se refiere a 2 órdenes militares de los ángeles caídos -tanto de la tierra como del aire. Los antiguos se mezclan con la humanidad --- como el Vaticano ha dicho, los extraterrestres ya están entre nosotros. Estos últimos tienen poderes sobre los espíritus. El poder de Satanás se sintió incluso para aquellos que todavía están vinculados, como la palabra dice que estos tienen un rey sobre ellos, llamado Abaddon (o en griego Apollyon), que significa "destructor". (E)
EL MONTE HERMÓN.
Que significa "montaña aislada o prohibido", se encuentra a 5 mi.x20 mi. de montaña en la frontera norte de la Tierra Santa. En resumen, el monte Hermón era donde los ángeles caídos tenían un portal para venir a la tierra. (F) Aquí es donde los dioses de los antiguos vinieron, y por qué fue el lugar sagrado más alto para los paganos de la zona. La montaña se menciona en la Biblia 520 veces. Curiosamente, ¡observémoslo geográficamente! ... Cerca del oeste está Sidon y Tiro (ambos centros paganos del mal se mencionan en las Escrituras hebreas). ¿Tanto los reyes de Tiro y Babilonia - fueron seres angelicales malignos? -. Estuvieron presos en el Seol (G) justo al este es Damasco, una ciudad importante del mundo de lo oculto. Templos de Baal fueron construidos en la zona. A los pies del Monte Hermón está la ciudad de Dan, donde la tribu de Dan (profetizada para ser uno de los linajes del Anti Cristo) se colocaron así mismos. Estaban cerca del templo (panteón) y las piscinas en Cesarea de Filipo (también conocido como Panaas, Banias, Banyas - lo que significa ciudad de Pan). Este recinto de culto antiguo fue construido directamente en frente de las cuevas en el monte de portal Hermón. El nombre del templo en sí ... "panteón" = dioses de pan. Pan, cuya apariencia de caprinos asustados al nacer su madre, era hijo de Hermes. Fue en este templo a Pan directamente en frente de las puertas de Hades, donde Cristo dijo a sus discípulos que "las puertas del Hades" no prevalecerían contra su iglesia. Hermes era el mensajero de los dioses que irían entre dimensiones, y que también escoltaba (según el mito) las almas de las personas a Hades. En 1666, el rey francés Luis estableció un observatorio que creó latitudes, el establecimiento de París como 0 grados y el Monte. Hermón a 33 grados. El Zohar afirma que el Monte Hermón era donde los ángeles les enseñaron la magia a la humanidad.
NÉFILIMS EN EL MONTE HERMÓN.
Cuando los israelitas entraron a Tierra Santa, estaba llena de seres humanos híbridos, cuyo ADN había sido contaminado con el de los ángeles caídos. El "ADN". En JOS 12: 4-6, leemos cómo los israelitas mataron a los entrantes gigantes Néfilim. El Rey Og, uno de los últimos Néfilim, estaba gobernando el área del Monte Hermón en este momento (H) Su gran cama de hierro se conserva como una reliquia (I) La Biblia describe a los dioses de estas personas en la zona.:. "Sus dioses son dioses de los montes, y por eso nos han vencido ; ... "(J)
 MONTAÑAS CON PORTALES.
El Monte Sión en Jerusalén era conocido como un portal angelical. Ya que los ángeles buenos vinieron al Monte Sinaí, los paganos bajo los Néfilim habían comenzado a llamar al Monte Hermón el nombre "Monte Sion". (K) que es igual que el reino de Satanás, roban y co-optan lo que es santo. monte Sinaí funcionó como un portal para Moisés y Yavé para cumplir, y es considerado por algunos como Basán. Me acuerdo de una novela palestina sobre Bab al-Shems (Puerta del Sol), que tiene lugar en Palestina. El "Cristo" (falso Cristo) de los Bahai que cumplió la profecía del Masón William Miller de que Cristo volvería en 1844 se llama El Bab, es decir, la puerta o el Camino.
Refleccion
Ya en 1991, supe que los feroces Néfilim fueron los encargados de hacer cumplir los rituales Illuminati de alto nivel. Es lógico, ya que la jerarquía se exterioriza y se abren los portales, en el que los Néfilim enfrentarán a un papel público de ser ejecutores. Las cosas pueden empeorar mucho antes de que mejoren. Ha habido un flujo constante de fugas de información de personas del Gobierno diciendo que pronto tendremos contacto con Aliens. Ellos están definitivamente preparando el escenario cuando hagan su gran entrada pública,
Fuentes:
A) Los magistrados 3: 3 (B) MacDonald, George et al, "Espejos, portales y múltiples realidades", 1989. (C) REV. 9: 1 (D) Tártaro se menciona en 2 PTR 2: 4 (E) REV 09:11 (F) escrito en documentos antiguos y cree por los antiguos en la zona ... 2 de los ángeles caídos eran Uza y Azazel (G) "rey de Tiro" en EZK 28: 8, y el "rey de Babilonia "en el ISA 14:15 son llevados a los extremos del foso del Seol. (H) DT 3: 1,8,10 y NUM 21: 23-24 (I) DT 03:11 (J) 1 KGS 20:23 (K) DT 4: 47,48 (L) A tan sólo 2 son ejemplos de la NASA científico jefe en 4 / '15 y el ministro de Defensa de Canadá en 5/2013 diciendo que los govt.s conocen 80 especies de alienígenas y están trabajando con 4 de ellas.

   esto me recuerda la proximo eclipse que ocurrira pronto no todo es como uno lo ve o lo medita... 

jueves, 6 de junio de 2019

la biblia nos muestra dos creaciones del mundo




¿Por qué en la Biblia hay dos creaciones del mundo?
Quien lee la Biblia sin estar prevenido, encuentra ya en la primera página un problema: al comienzo del libro del Génesis tropieza no sólo con dos relatos de la creación del mundo, sino que además se da con que son contradictorios.
En efecto, Génesis 1 narra la historia tantas veces oída cuando éramos niños, según la cual al principio de los tiempos todo era caótico y vacío, hasta que Dios resolvió poner orden en esa confusión. Antes de comenzar a trabajar, al igual que cualquier operario, lo primero que hizo fue encender la luz (Gn 1,3). Por eso en el primer día de la creación nacieron las mañanas y las noches.
Luego decidió ubicar un techo en la parte superior de la tierra para que las aguas del cielo no la inundaran. Y creó el firmamento (Gn 1,6). Cuando vio que el suelo era una mezcla barrosa, secó una porción y dejó la otra mojada, con lo cual aparecieron los mares y la tierra firme (Gn 1,9).
Sucesivamente con su palabra poderosa fue adornando los distintos estratos de esta obra arquitectónica con estrellas, sol, luna, plantas, aves, peces y reptiles. Por último, como coronación de todo, formó al hombre, lo mejor de su creación, al que moldeó a su imagen y semejanza. Entonces decidió descansar. Había crea-do a alguien que podía continuar su tarea (Gn 1,11-2,3).
Esta labor le había llevado seis días. Y todo lo había hecho bien.
Otra vez lo mismo
Pero cuando pasamos a Génesis 2 viene la sorpresa. Es como si nada de lo anterior hubiera ocurrido. Estamos otra vez en el vacío total, donde no hay plantas, ni agua, ni hombres (Gn 2,5).
Dios se presenta nuevamente en escena y se pone a trabajar. Pero esta vez es muy distinto. En lugar de la divinidad solemne y majestuosa, encontramos ahora una divinidad con rasgos mucho más humanos. Vuelve a crear al hombre pero no a la distancia y con el simple mandato de su palabra, casi sin contaminarse, como anteriormente, sino que lo modela con polvo del suelo, sopla sobre su nariz, y de este modo le da la vida (Gn 2,7).
Se detalla luego, por segunda vez, la formación de plantas, árboles y animales. Y para crear a la mujer emplea ahora un método diferente. Hace dormir al hombre, le extrae una costilla, rellena con carne el hueco restante, y moldea a Eva. Entonces la presenta ante el hombre y se la entrega por compañera.
Llegado a este punto uno se pregunta: ¿por qué, si en Génesis 1 teníamos ya el mundo terminado, en Génesis 2 hay que crearlo de nuevo? ¿Acaso la Biblia afirma que hubo dos creaciones en el origen de los tiempos?
Y se contradicen
Pero el problema no es sólo ése. Si comparamos ambos capítulos vemos una lar-ga lista de contradicciones que dejan al lector pasmado.
Para empezar, ambos textos llaman a Dios de diferente manera. Mientras Génesis 1 lo designa con el nombre hebreo de Elohim, en Génesis 2 se lo llama Yahvé Dios.
El Dios de Génesis 2 es descripto con rasgos humanos. El no crea, sino que “ha-ce” las cosas. Sus obras no vienen “de la nada” sino que las “fabrica” sobre una tierra vacía y árida. En cambio el Dios de Génesis 1 es trascendente y lejano. No entra en contacto con su creación sino que desde lejos la hace aparecer, como si todo lo creara de la nada.
Mientras Dios en Génesis 1 crea el mundo sólo con su palabra (por eso repite constantemente: “Dijo Dios… y así fue”), y al sonido de su voz van brotando las criaturas del universo, en Génesis 2 Dios debe trabajar manualmente. Como un alfarero, moldea y forma al hombre (v.7). Como un agricultor, siembra y planta los árboles del paraíso (v.8). Como un cirujano, opera al hombre para extraer a la mujer (v.21). Como un sastre, confecciona los primeros vestidos a la pareja porque estaban desnudos (Gn 3,21).
Entre el agua y el desierto
Pero hay más diferencias. Mientras en Génesis 1 Dios crea el mundo en seis días y en el séptimo descansa, en Génesis 2 sólo le lleva a Dios un día todo el trabajo de la creación.
En Génesis 2, al comienzo Yahvé crea únicamente al varón; y sólo cuando cae en la cuenta de que necesita una compañera adecuada, le ofrece primero los animales por acompañantes, y finalmente la mujer. En cambio en Génesis 1, Dios desde el principio hizo existir al hombre y a la mujer en pareja, como compañeros inseparables.
En Génesis 1 los seres son creados en orden progresivo de menor a mayor, es decir, primero las plantas, luego los animales, y finalmente los seres humanos. En cambio en Génesis 2 lo primero en crearse es el hombre (v.7), después las plantas (v.9), luego los animales (v.19), y finalmente la mujer (v.22).
Mientras Génesis 1 sostiene que antes de la creación del mundo sólo había una masa gigantesca de agua, Génesis 2 dice que sólo había un inmenso desierto (v.5).
En Génesis 1 la finalidad que Dios le asigna al hombre en el mundo es: “Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; manden en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que se arrastra sobre la tierra” (Gn 1,28), es decir, un magnífico programa de progreso y señorío sobre el mundo, mirando al futuro. En cambio en Génesis 2 dice que “Yahvé Dios tomó al hombre y lo dejó en el jardín del Edén para que lo labrase y cultivase” (Gn 2,15), o sea, un proyecto mucho más humilde y modesto.
El segundo es primero
Haciendo esta lectura comparativa, nos damos con la sorpresa de que la Biblia incluye una doble y a la vez contradictoria descripción de la creación.
Los estudiosos llegaron a la conclusión de que las dos narraciones no pudieron haber sido escritas por la misma persona, y piensan que pertenecen a autores di-versos y de épocas distintas. Como sus nombres no llegaron hasta nosotros, ni podremos saberlos nunca, llamaron al primer texto “Sacerdotal”, porque lo atribuyeron a un grupo de sacerdotes judíos del siglo VI a.C. Y al segundo, fechado a fines del siglo VIII a.C, “yahvista”, porque prefiere llamar a Dios con el nombre propio de Yahvé.
¿Cómo es que se escribieron dos relatos opuestos? ¿Por qué terminaron incluidos ambos en la Biblia?
El que contiene las tradiciones más antiguas es Génesis 2, aunque en la Biblia aparezca en segundo lugar. Por eso tiene un tono tan primitivo, espontáneo, vívido. Durante mucho tiempo fue el único relato que se contaba en el pueblo de Israel sobre el origen del mundo. Por lo que puede verse, su autor era un excelente catequista que sabía poner al alcance del pueblo en forma gráfica las más altas ideas religiosas.
Con un estilo pintoresco e infantil, pero de una profunda observación de la psicología humana, cuenta la formación del mundo, del hombre y de la mujer como una parábola oriental llena de ingenuidad y frescura.
Los aportes vecinos
El yahvista se valió de antiguos relatos sacados de los pueblos vecinos de Israel. En efecto, las civilizaciones asiria, babilónica y egipcia habían compuesto sus propias narraciones sobre el principio del cosmos, que hoy podemos conocer gracias a las excavaciones arqueológicas realizadas en Medio Oriente. Y resulta sorprendente la similitud entre estos relatos y el de la Biblia.
Todos dependen de la concepción cosmológica de un universo formado por tres planos superpuestos: a) los cielos, con las aguas superiores; b) la tierra, con el hombre y los animales; c) el mar, con los peces y el mundo subterráneo.
El yahvista recogió estas concepciones científicas de su tiempo, y las utilizó para insertar un mensaje religioso, que era lo único que le interesaba.
La gran decepción
Sin embargo, dos siglos después de haberse compuesto este relato sobrevino una catástrofe en el pueblo judío, que alteró toda su vida y su fe. Corría el año 587 a.C. y el ejército babilonio al mando de Nabucodonosor, que estaba en guerra con Israel, tomó Jerusalén y se llevó cautivos a sus habitantes.
¡Y al llegar a Babilonia fue la gran sorpresa! Los primeros cautivos comenzaron a arribar a la capital y se encontraron con una ciudad espléndida, con enormes edificios, magníficos palacios, torres de varios pisos, acueductos grandiosos, jardines colgantes, fortificaciones y lujosos templos.
Ellos, que se sentían orgullosos de ser la nación bendecida y engrandecida por Yahvé, no habían resultado ser sino un modesto pueblo de escasos recursos frente a Babilonia. Incluso el mismo templo de Jerusalén, que ellos lo tenían como la morada de Dios sobre la tierra, no era sino un pobre aposento, comparado con el impresionante complejo cultural del dios Marduk, de la diosa Sin y de su consor-te Ningal que los israelitas encontraron en Babilonia.
Jerusalén, orgullo nacional, por quien suspiraba todo judío, era una ciudad apenas considerable en comparación con Babilonia y sus murallas, mientras su rey, ungido de Yahvé, nada podía hacer frente al poderoso monarca Nabucodonosor, brazo derecho del dios Marduk.
Para salvar la fe
La situación no podía ser más decepcionante. Los babilonios habían logrado un desarrollo mucho mayor que los israelitas. ¿Para qué habían confiado tanto en Yahvé durante siglos y se habían abandonado esperanzados en él, si el dios de Babilonia era capaz de dar más poderío, esplendor y riqueza a sus devotos?
Aquella catástrofe, pues, representó para los hebreos un duro golpe a su fe. Pare-ció el fin de toda esperanza, y las promesas de Dios de proteger a Israel se mostraron vanas.
¿No estarían rezándole al Dios equivocado? Tal vez el Dios de Israel era más dé-bil que las divinidades babilonias. ¿No sería hora de empezar a creer en dioses más poderosos, que pudieran proteger mejor a sus súbditos, y otorgarles mejores favores que los magros beneficios obtenidos de Yahvé? Surgió fuerte la tentación: vuélvete a Tamuz (Ezequiel 8,14), rézale a la Reina de los Cielos (Jeremías 44,17), dale culto a Bel o a Nebo (Isaías 46,1). ¡La victoria pertenece a los dioses del nuevo poder imperial!
Entonces el pueblo judío, en crisis, comenzó a pasarse en masa a la nueva fe de los conquistadores, con la esperanza de que alguno de los dioses de la religión imperial mejorara su suerte y su futuro.
Creer en tierra extranjera
Ante esta situación, un grupo de sacerdotes, también cautivo, reaccionó y se dio cuenta de la necesidad de volver a catequizar al pueblo.
Ahora bien, la religión babilónica que estaba deslumbrando a los hebreos era dualista, es decir, admitía dos dioses en el origen del mundo: uno bueno, encargado de engendrar todo lo positivo que el hombre observaba en la creación, y otro malo, creador de las imperfecciones y desgracias de este mundo y del hombre.
Además, allí en la Mesopotamia pululaban las divinidades menores a las que se le rendían culto: el sol, la luna, las estrellas, el mar, la tierra.
Israel en el exilio empezó también a perder progresivamente sus prácticas religiosas, especialmente la observancia del reposo del sábado, su característico recuerdo de la liberación de Yahvé de Egipto.
Nace un capítulo
Los sacerdotes cautivos en Babilonia comprendieron que el viejo relato de la creación (es decir, Gn 2) había perdido fuerza. Era necesario escribir uno nuevo donde se pudiera presentar una vigorosa idea del Dios de Israel, poderoso, que rebosara supremacía, excelso entre sus criaturas. Comienza así a gestarse Génesis 1.
Por eso, lo primero que llama la atención en el nuevo relato es la minuciosa descripción de cada elemento de la creación (plantas, animales, aguas, tierra, astros del cielo) a fin de dejar en claro que ninguno de esos seres eran dioses, sino simples criaturas, todas subordinadas al servicio del hombre (v.17-18).
Contra la idea de un dios bueno y otro malo en el cosmos, los sacerdotes repiten constantemente, de un modo casi obsesivo a medida que va apareciendo cada obra creada: “Y vio Dios que era bueno”, es decir, no existe ningún dios malo creador en el universo. Y cuando crea al ser humano dice que era “muy bueno” (v.31), para no dejar así ningún espacio dentro del hombre que fuera jurisdicción de una divinidad del mal.
Finalmente, se lo presenta a Dios trabajando seis días y descansando el sábado, para mostrar a los hebreos que ese día era tan sagrado que hasta Dios descansa-ba, de modo que ellos también debían observarlo.
Un Dios actualizado
El nuevo relato de la creación confeccionado por parte de los sacerdotes era un renovado acto de fe en Yahvé, el Dios de Israel. Por eso la necesidad de mostrar-lo solemne y trascendente, distante de las criaturas, a las que no necesitaba ya moldear de barro pues le bastaba su palabra omnipotente para crearlas a distan-cia.
Cien años más tarde, alrededor del 400 a.C., un último redactor decidió componer en un solo libro (lo que sería después el Génesis) las diferentes tradiciones de la historia de Israel, desde el origen del mundo. Y se encontró con los dos relatos de la creación. Resolvió entonces conservarlos a los dos. Pero mostró su preferencia por Génesis 1, el de los sacerdotes, más despojado de antropomorfismos, más respetuoso, y lo puso como pórtico de toda la Biblia. Pero no quiso suprimir el antiguo relato del yahvista, y lo colocó a continuación, no obstante las aparentes incoherencias, manifestando así que para él, Génesis 1 y Génesis 2 relataban en forma distinta la misma verdad revelada, tan rica, que hacían falta dos relatos distintos para expresarla.
Dos son poco
En una reciente encuesta en los Estados Unidos, se constató que el 44% de los norteamericanos sigue creyendo que la creación del mundo ocurrió tal como lo dice la Biblia. Y muchos, ateniéndose a los detalles de estas narraciones, se escandalizan ante las nuevas teorías sobre el universo, la aparición del hombre y la evolución.
Pero el redactor final del Génesis nos enseñó algo importante. Al reunir en un so-lo relato ambos textos, que incluso eran antagónicos, mostró que para él este as-pecto “científico” no era más que un accesorio, una forma de expresarse.
El redactor bíblico ¿se turbaría si viese que hoy sustituimos esos esquemas por el modelo mucho más probable del Big Bang y el de la formación evolutiva del hombre? Por supuesto que no.
La misma Biblia, al yuxtaponer pacíficamente dos diferentes modelos cosmogónicos, ha dejado sentada su relatividad. Los detalles “científicos” no pertenecen al mensaje bíblico. No son más que un medio sin el cual ese mensaje no podría anunciarse.
El mundo no fue creado dos veces. Sólo una. Pero aún cuando lo relatáramos en cien capítulos distintos, no terminaríamos de agotar el profundo mensaje religioso que implica esta obra amorosa de Dios.

sábado, 1 de junio de 2019


LA LUCHA POR DESTRUIR LA CUPULA 

Las bombas del arco iris 30 noviembre 2006 La noche del 9 de julio de 1962, los habitantes de la isla de Johnston contemplaron, por primera y única vez en la historia, las luces de una aurora boreal sobre el archipiélago de Hawai. Para su desgracia, no se trataba de un extraño fenómeno natural, sino del estallido una bomba termonuclear de 1,5 megatones a unos 400 kilómetros sobre el Océano Pacífico. El fenómeno fue observado desde diversos puntos del planeta. Durante las siguientes horas, tres satélites de órbita ecuatorial quedaron fuera de servicio y hasta siete se vieron afectados. Al mismo tiempo, centenares de hogares hawaianos se quedaron sin luz y miles de aparatos de radio y televisión dejaron de funcionar. El proyecto Starfish Prime, encuadrado dentro de la Operación Dominic del Ejército norteamericano, consistía en la detonación de bombas nucleares en los límites del espacio exterior. Durante los primeros años de la Guerra Fría, americanos y soviéticos detonaron un total de 20 bombas termonucleares en los límites de la atmósfera, con el objeto de estudiar sus efectos en caso de guerra nuclear. (Seguir leyendo) Sin embargo, el estallido de la Starfish tuvo unas consecuencias que nadie habría sabido predecir. Durante mucho tiempo, se creyó que la explosión había afectado a los cinturones de Van Allen, los dos campos naturales de radiación de nuestro planeta. Norteamericanos y soviéticos se acusaron mutuamente de haber modificado el cinturón exterior hasta que, meses después, alarmados por las consecuencias, decidieron firmar los Tratados de Prohibición de Pruebas Nucleares en el Espacio. El efecto que la bomba Starfish había provocado sobre los aparatos electrónicos despertó un profundo interés en los teóricos. En pocos años, ambas potencias nucleares trabajaron en la fabricación de armas capaces de producir aquel efecto; inutilizar las principales comunicaciones y servicios del enemigo. Hoy en día, tanto estadounidenses como rusos poseen en sus arsenales armas capaces de producir el denominado “ataque de pulso electromagnético de gran altitud”, o “ataque HEMP”, consistente en la detonación de un arma nuclear lejos de la atmósfera terrestre. El estallido de uno de estos artefactos podría abarcar la superficie de un continente entero, causando un completo caos civil y militar en el área alcanzada por privación de los servicios esenciales (electricidad, agua potable, distribución alimentaria, comunicaciones, etc) durante un período de tiempo indefinido. La explicación de su efecto está en la cantidad de rayos gamma y X que se liberan durante una explosión nuclear. La radiación gamma, sobre todo, es altamente penetrante e interactúa con la materia irradiando e ionizándolo todo, incluido el propio aire circundante. La radiación gamma se consume enseguida y crea un campo electromagnético zonal de kilómetros de diámetro. Los seres vivos y los objetos no eléctricos son inmunes al ataque HEMP de manera directa, pero indirectamente les resulta fatal. Una sola de estas bombas desarticularía completamente las infraestructuras vitales de cualquier nación moderna, provocando el despoblamiento de las grandes ciudades y un número enorme de víctimas por hambre, epidemias, aniquilación económica y desestructuración social. Es dudoso que ningún país lograra sobrevivir a semejante situación como entidad social organizada. La altitud a la que fueron detonadas, y su capacidad para generar pequeñas auroras, llevó a bautizar a estas armas con el poético nombre de “bombas del arco iris”.



El mayor experimento del mundo

Hace 50 año 

Cuando se ganaba los dracmas trabajando en una empresa ateniense de ascensores, seguramente nunca sospechó la exorbitante altura a la que llegarían sus creaciones. Y en más de un sentido; no sólo el experimento que ideó se realizó a 540 kilómetros sobre la superficie terrestre, sino que la movilización de personal, equipo y presupuesto, sumada a las consecuencias que predecían sus cálculos, hicieron que la operación Argus diseñada por el físico Nicholas Christofilos mereciera para el diario The New York Times los honores de ser “el mayor experimento jamás realizado”.
Christofilos nació en 1916 en Boston, hijo de emigrantes griegos que siete años después se dejaron vencer por la nostalgia y recogieron velas de regreso a Europa. En Atenas, el espabilado Nicholas estudió ingeniería mecánica y eléctrica, pero su afición por la física le empujaba a preguntarse qué mecanismos animaban los aparatos de radio que le gustaba reparar. Sin formación en ciencia básica, comenzó a engullir textos de física nuclear en alemán. Con el paso de las páginas y los años, su interés por los aceleradores de partículas le llevó a enunciar en 1949 un principio que rompía moldes, pero que no fue valorado por la comunidad científica de EEUU, a la que comunicó por carta sus hallazgos, hasta que alguien más creíble que él lo redescubrió.
El descubrimiento de Christofilos explicaba la radiación atrapada, un curioso comportamiento de las partículas cargadas observado a finales del siglo XIX por un físico noruego llamado Kristian Birkeland. Un chorro de electrones dirigido hacia un imán en una cámara de vacío parecía canalizarse espontáneamente hacia el polo magnético, como siguiendo el camino del hormiguero. El matemático Carl Stoermer, amigo de Birkeland, trató de formular este fenómeno, pero fue Christofilos quien logró traducir a símbolos el misterioso encantamiento electrónico.
Planeta magnético
En todo imán, sus polos norte y sur están unidos por líneas de fuerza curvadas en forma de C. En el caso de la Tierra, un gigantesco imán, los extremos de la C se dirigen respectivamente a los dos polos magnéticos, que no coinciden con los geográficos. Uniendo todas las C que circundan el planeta, se obtendría un campo de fuerza con forma de neumático de coche, en cuyo centro estaría empotrada la Tierra. Pero como ocurre con las isobaras de los mapas meteorológicos o con las curvas de nivel de los topográficos, cada línea es una representación abstracta que une los puntos de un valor determinado; el dibujo de la situación real sería uno de innumerables líneas infinitamente juntas. Del mismo modo, ese campo magnético terrestre estaría formado por infinitos neumáticos concéntricos, uno dentro del siguiente, como las muñecas rusas.
Al inyectar en ese campo partículas con carga, por ejemplo electrones, el chorro toma como raíl una C de la sección del neumático. Las partículas inyectadas recorren la C de un extremo al otro y luego de vuelta en sentido contrario, una y otra vez. Cuando las partículas chocan con el extremo de la C, se produce un hermoso espectáculo irisado que ocurre de forma natural cuando el Sol lanza alaridos magnéticos; es la aurora polar. Al mismo tiempo, esos electrones se desplazan lateralmente, saltando de una C a la próxima para recorrer la banda de rodadura del neumático o, en términos terráqueos, siguiendo los paralelos del planeta.
La extrapolación del esquema del imán a la Tierra fue una iluminación de Christofilos. Así, predijo la existencia de colosales neumáticos de fuerza magnética en torno al planeta antes de que su descubridor formal los bautizara con su propio nombre: cinturones de Van Allen. Por entonces, Christofilos tomaba carrerilla hacia el podio del triunfo. Su teoría había sido redescubierta y el mecánico griego especializado en ascensores se había ganado una silla para investigar en uno de los santuarios de la física de altas energías, el Laboratorio de Radiación de Livermore, dependiente de la Universidad de California en Berkeley.
Desde su nueva trinchera de la investigación militar y ultrasecreta, con acceso al saco sin fondo del Departamento de Defensa, Christofilos propuso la idea más audaz y atrevida que otros colegas nunca hubieran osado proponer o, caso de hacerlo, nunca hubieran obtenido el sí. Armado con un discurso cautivador y una brillante tenacidad, en octubre de 1957 el físico autodidacta arrancó al Gobierno de EEUU el compromiso de ensayar sus hipótesis y sus tentadores usos estratégicos en la plataforma más cara y perfecta que un científico podría ambicionar: el planeta Tierra.
La idea de Christofilos era detonar bombas nucleares de hidrógeno a gran altura para inyectar electrones en el campo magnético terrestre. Si su hipótesis funcionaba, esto crearía un cinturón artificial de radiación, el cinturón de la muerte, que se extendería por los neumáticos envolviendo el planeta, y que podría inactivar satélites y comunicaciones del enemigo para devolverlo a la edad de piedra, e incluso pulverizar un misil intercontinental. La Guerra Fría corría hacia su apogeo y una moratoria de los ensayos nucleares parecía inminente, por lo que el Pentágono se apresuró a construir una aparatosa operación en tiempo récord. En abril de 1958 se creó la Task Force 88, una fuerza exclusivamente dedicada a preparar y ejecutar la que se denominó operación Argus. Los datos describen un proyecto descomunal: nueve buques de la armada estadounidense, un satélite –el Explorer 4– lanzado ex profeso para el experimento, una dotación de 4.500 efectivos entre militares y científicos civiles, y un presupuesto de nueve millones de dólares de 1958, cuando una familia media en aquel país ingresaba anualmente unos 5.000 dólares.
El de Christofilos no fue el primer ensayo nuclear exoatmosférico. Entre 1958 y 1962, EEUU y la Unión Soviética condujeron cerca de una veintena de estas detonaciones. Argus, que siguió a la Operación Hardtack, fue el único programa que se mantuvo en secreto. La tercera de las explosiones de Hardtack, llamada Orange, había tenido lugar dos semanas antes de Argus. La bomba se activó a 43 kilómetros sobre la superficie terrestre, una bagatela en comparación con las cifras que se manejaron para Argus. Para que su neumático envolviese todo el planeta, Christofilos necesitaba más altura, aunque no se precisaba una potencia extraordinaria. Las cargas, de 1,7 kilotones –la de Hiroshima fue de unos 15 kilotones– se montaron en las cabezas de misiles modificados X-17A. El barco elegido para los lanzamientos fue el USS Norton Sound, y el lugar se determinó seleccionando un meridiano magnético, de modo que los extremos de la C no tocaran regiones habitadas. Para el extremo norte se escogió un sector del Atlántico entre la Península Ibérica y las islas Azores; el otro cabo de la C, el punto de despegue, caía entonces en el Atlántico sur, a 1.800 kilómetros al suroeste de Ciudad del Cabo.
Una siniestra aurora boreal
El 27 de agosto se lanzó el primer cohete, que estalló a 200 kilómetros de altitud. El segundo, el 30 del mismo mes, trepó hasta 240 kilómetros. La apoteosis llegó con la última explosión, el 6 de septiembre, a 540 kilómetros, la mayor altura jamás alcanzada en un ensayo nuclear. Aquel día, los habitantes de las Azores disfrutaron de una hermosa, aunque siniestra, aurora boreal. La película de la operación, filmada por el Gobierno de EEUU, explica que el desplazamiento de los electrones a lo largo del paralelo terrestre llevaba las partículas al este, hacia la Península Ibérica.
Christofilos pudo verificar algunas de sus teorías, pero no hay pruebas de que el cinturón de la muerte hubiese funcionado. Las explosiones fueron tal vez débiles, lo que limitaba el alcance de la dispersión de electrones. Pero según publicó un año más tarde en varios artículos científicos, los datos de los satélites y de las estaciones de tierra demostraron que sus electrones habían cubierto la Tierra. Ese mismo año, The New York Times descerrajó el secreto del mayor experimento del mundo, y la revista Life presentó a Christofilos como “el griego loco”.
Basándose en las teorías del científico, los ensayos exoatmosféricos prosiguieron hasta 1962. La Operación Dominic escaló las proporciones hasta 1,4 megatones –93 bombas de Hiroshima– a 400 kilómetros de altitud sobre el atolón de Johnston, en el Pacífico; fue el disparo Starfish Prime, el 9 de julio de 1962. Alumbró una aurora boreal de siete minutos, fundió líneas eléctricas y comunicaciones en Hawai, inutilizó siete satélites y creó un cinturón artificial de radiación que duró diez años. Curiosamente, los mismos que tardó en apagarse, de un infarto, la vida del ideólogo de la radiación atrapada en un cinturón mortal. Fue admirado por sus contribuciones a los aceleradores de partículas y a la física del plasma, pero como otros científicos de la Guerra Fría, creyó que era necesario liberar a la serpiente para conjurar el peligro de su mordedura. Dijo en una ocasión: “Antes de explorar otros planetas, debemos asegurarnos de que podremos seguir viviendo en el nuestro”.

En 1961, la Guerra Fría escalaba hacia su cénit. Las dos potencias daban por liquidada una moratoria nuclear, y la partición de Berlín se cernía sobre el horizonte. En el intercambio de alardes de fuerza, el premier ruso Nikita Kruschev ordenó fabricar la mayor arma atómica jamás detonada. La Bomba Zar (de nombre en clave Gran Iván) se diseñó para una potencia de 100 megatones, reducidos a 50 –más de 3.300 bombas de Hiroshima– para disminuir la lluvia radiactiva, que caería sobre regiones pobladas de la URSS. El monstruoso ingenio se lanzó, desde un avión Tupolev 95 adaptado, sobre el archipiélago de Nueva Zembla, a las 11:32 del 30 de octubre de 1961. La explosión fue equivalente a 10 veces todas las bombas lanzadas en la Segunda Guerra Mundial, al 1% de la energía del Sol, o a la millonésima parte del impacto del asteroide que extinguió los dinosaurios. Por sus excesos, era inútil como arma. 

Más de 2.000 tests nucleares
Según datos del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, entre 1945 y 1996 se efectuaron 2.045 ensayos nucleares, sumando atmosféricos y subterráneos. De ellos, 1.030 corresponden a EEUU, 715 a la URSS, 210 a Francia, 45 al Reino Unido, 45 a China, y uno a la India. El año más intenso fue 1962, con 178 explosiones.
18 bombas exoatmosféricas
Del 28 de abril de 1958 al 4 de noviembre de 1962, EEUU y la URSS detonaron un total de 18 bombas nucleares a una altitud superior a 20 kilómetros. La de mayor altura fue Argus III, a 540 km. Las más potentes, Hardtack Teak y Hardtack Orange (EEUU), ambas de 3,8 megatones y a alturas respectivas de 76,8 y 43 km.
Jugar con fuego
En 1962, tres ensayos fallidos de EEUU contaminaron de radiación el atolón de Johnston. La bomba Starfish Prime, detonada con éxito, apagó electricidad y comunicaciones en Hawai. La Operación K de la URSS dejó sin luz ni teléfono a grandes regiones y quemó una central eléctrica.
Víctimas de la Guerra Fría

Por un error de diseño, la bomba de EEUU Castle Bravo explotó con 15 megatones (2,5 veces lo previsto). La contaminación pudo afectar a 20.000 personas. En Kazajistán nunca se evacuó a casi un millón de habitantes. Hoy hay miles de damnificados y un museo que exhibe fetos deformes.